De Sony a Netflix: la historia detrás del éxito mundial de “KPop Demon Hunters” y su impacto en el marketing de marca
Noviembre 9, 2025
Imagina que eres una marca que quiere romper moldes, contar historias con fuerza y conectar con comunidades globales que no solo consumen contenido, sino que lo reinterpretan, crean y comparten.
Eso es precisamente lo que ha logrado KPop Demon Hunters.
Lo fascinante de este fenómeno como explica The Guardian en su cobertura del récord de visualizaciones no es solo el éxito de audiencia, sino la evolución del proyecto: una película animada producida por Sony Pictures Animation que terminó convirtiéndose, bajo el paraguas de Netflix, en un universo de fandom, música, juguetes y experiencias digitales.
En este análisis exploramos cómo se construyó este fenómeno, qué decisiones estratégicas lo hicieron posible y qué pueden aprender las marcas que apuestan por contenido inmersivo, UGC (contenido generado por usuarios) y autenticidad cultural.
Datos clave
La película KPop Demon Hunters, desarrollada por Sony Pictures Animation, combina animación de alto nivel con la estética vibrante del K-pop y una narrativa de cazadoras de demonios, según detalla Korean Brand Review.
Netflix la estrenó globalmente el 20 de junio de 2025, una fecha confirmada por Epicstream, y desde entonces el título no ha dejado de crecer.
De acuerdo con The Guardian y Bloomberg Línea, la cinta se convirtió en la película más vista de la historia de Netflix, superando los 236 millones de reproducciones.
El impacto no se quedó en la pantalla. The Washington Post reportó que su canción principal, “Golden”, interpretada por el grupo ficticio Huntr/X, llegó al número 1 del Billboard Hot 100, marcando un hito incluso para un grupo K-pop ficticio.
Meses después, Bloomberg confirmó que Netflix había firmado acuerdos con Mattel y Hasbro para lanzar una línea de juguetes y merchandising en 2026, extendiendo el universo de la película más allá del streaming.
En el plano de negocio, El Imparcial y AOL Finance coinciden en que Sony vendió los derechos del proyecto a Netflix en plena incertidumbre pospandemia, garantizando la producción pero cediendo gran parte del valor futuro.
Contexto y análisis desde la marca
1. La decisión de distribución: cine vs streaming
KPop Demon Hunters nació como una apuesta cinematográfica tradicional, pero el contexto de pandemia cambió el rumbo. Según Kpopsessed.com, Sony decidió vender los derechos de distribución a Netflix para asegurar el retorno financiero ante un panorama de taquilla incierto.
El resultado: Netflix asumió la distribución global y llevó la historia a millones de hogares, mientras Sony perdió el control del potencial de largo plazo.
Lección de marca: elegir el canal de distribución es importante, pero entender qué derechos retienes y qué beneficios a futuro dejas sobre la mesa es aún más decisivo.
2. Una narrativa de marca que trasciende el contenido principal
La película no es solo una historia: es un universo transmedia que mezcla música, cultura pop, fantasía y comunidad digital.
El grupo ficticio Huntr/X se convirtió en un activo de marca real: las fans replican coreografías, hacen covers y comparten contenido UGC que amplifica el alcance original. Este fenómeno, como destaca Korean Brand Review combina el poder del contenido generado por usuarios con una experiencia inmersiva global.
Lección de marca: construye universos narrativos que puedan expandirse y generar participación comunitaria.
3. Comunidad, fans y UGC
El éxito de KPop Demon Hunters no se explica solo por su estreno en Netflix, sino por su capacidad de activar fandoms. Los fans inundaron TikTok e Instagram con versiones de los bailes, fan art y retos virales.
Lección de marca: cuando tu audiencia se convierte en co-creadora, el contenido deja de ser producto y se transforma en cultura compartida.
4. Monetización extendida: merchandising y licencias
El éxito llevó a Netflix a asociarse con Mattel y Hasbro para desarrollar una línea de juguetes, figuras y juegos de mesa, según The Toy Insider, lo que extiende la vida comercial de la franquicia.
Lección de marca: el contenido puede y debe tener vida más allá del estreno. Piensa en cómo traducir tu narrativa en productos, experiencias o comunidades.
5. Autenticidad cultural e internacionalización
El proyecto abrazó la identidad coreana, desde la estética del K-pop hasta la mitología local, sin caer en una versión occidentalizada. Esa autenticidad fue clave para conectar con públicos globales.
Lección de marca: en la era del streaming global, la autenticidad cultural no es una barrera, es una ventaja competitiva.
Implicaciones estratégicas para marcas y creadores de contenido
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Las marcas que apuestan por experiencias inmersivas deben pensar en un ecosistema narrativo, no solo en un producto.
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El contenido generado por usuarios (UGC) multiplica el alcance y la fidelidad.
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Controlar los derechos y licencias del contenido define quién captura el valor a largo plazo.
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Los universos transmedia, como el de KPop Demon Hunters, demuestran que un mismo concepto puede vivir en música, juegos, redes y merchandising.
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Y aunque los juguetes llegarán hasta 2026, el fenómeno ya estaba consolidado mucho antes: el timing no siempre lo define la temporada, sino la conexión emocional.
KPop Demon Hunters no es solo un éxito de streaming, sino una lección de estrategia de marca: cómo una historia bien diseñada puede evolucionar hasta convertirse en una franquicia global.
Para las marcas, el caso demuestra que la clave está en crear universos, no campañas; en activar comunidades, no audiencias; y en pensar más allá del estreno, diseñando contenido que pueda vivir, transformarse y generar valor con el tiempo.



