El negocio del cuerpo perfecto en redes sociales: ¿quién gana cuando tú te sientes mal?
Mayo 19, 2025

La obsesión por el ideal físico se ha convertido en moneda de cambio en el marketing digital. Mientras usuarios se comparan y sufren, muchas marcas convierten la inseguridad en oportunidad.
De “inspiración” a manipulación emocional
Durante años, las redes sociales se han llenado de imágenes que prometen una vida mejor si se alcanza cierta estética. Cuerpos tonificados, piel perfecta, rutina disciplinada. El mensaje es claro: si te ves así, serás más feliz, exitoso y querido. Lo preocupante es que esta narrativa no nace del altruismo, sino de una maquinaria comercial bien engrasada.
Según la plataforma especializada en salud mental TCA Som360, el bombardeo constante de estándares estéticos está estrechamente ligado al aumento de trastornos de la conducta alimentaria y baja autoestima entre adolescentes y jóvenes adultos.
Este fenómeno no es casual. Es parte de una dinámica que convierte las redes en vitrinas de consumo emocional, donde la validación externa, los “likes”, se transforma en una necesidad adictiva. Y en ese terreno fértil para la inseguridad, las marcas han encontrado un campo ideal para vender.
Victoria’s Secret, TikTok y el antiarrugas para adolescentes: el mercado de la perfección
Las campañas más polémicas de los últimos años revelan cómo las marcas moldean y refuerzan el ideal corporal. Un caso emblemático fue “The Perfect Body” de Victoria’s Secret, que recibió duras críticas por promover un estereotipo delgado y excluyente. Aunque la marca tuvo que rectificar, el daño estaba hecho y la conversación ya había escalado.
Más recientemente, productos antiarrugas dirigidos a menores de 15 años han encendido las alarmas. El fenómeno —impulsado por el “skincare hype” en TikTok, revela una preocupante bajada en la edad de entrada al mercado de la belleza. Según una investigación publicada por Cadena SER, cada vez más preadolescentes compran sérums y cremas antiaging, presionados por contenidos que asocian juventud extrema con valor personal.
¿Realmente queremos autenticidad o solo una versión más “relatable” de la perfección?
Algunas marcas han intentado surfear esta ola con una postura más “honesta”. Campañas como #RealBeauty de Dove promueven cuerpos reales, pieles con textura y diversidad de edades. Y aunque muchos celebran esta apertura, otras voces advierten que incluso el discurso body positive puede ser cooptado para vender desde una supuesta “inclusividad estratégica” que sigue siendo aspiracional, solo que más “humana”.
El dilema es complejo: ¿puede una marca vender autoestima sin usar inseguridad como palanca?
Según Sentione, los consumidores jóvenes son cada vez más críticos con los discursos vacíos. El 62% dice detectar fácilmente cuando una campaña “diversa” en realidad responde a una estrategia de relaciones públicas y no a un compromiso real.
Un mercado construido sobre tu inseguridad (y alimentado por algoritmos)
En redes sociales, el contenido que mejor funciona es el que genera reacción emocional. Y nada mueve más que la insatisfacción con uno mismo. Los algoritmos refuerzan este patrón, mostrando más de lo que te frustra o te atrae, moldeando silenciosamente tu percepción de lo normal.
En este ecosistema, no basta con apagar el móvil. Se trata de cambiar el código mismo del marketing de belleza y aspiracionalidad.
¿Qué responsabilidad tienen las marcas?
Muchas se han escudado durante años en el argumento de que “solo muestran lo que vende”. Pero cada vez más consumidores y voces públicas exigen responsabilidad activa. Y eso implica algo más que una campaña puntual con cuerpos diversos.
Significa repensar el modelo: ¿puedes promocionar un producto sin hacer sentir a alguien que está roto si no lo compra?
En resumen
-
Las redes sociales han normalizado un ideal corporal que es casi siempre inalcanzable, y eso tiene un impacto real en la salud mental.
-
Marcas de moda, belleza y wellness han construido negocios millonarios sobre esa inseguridad.
-
Aunque hay esfuerzos por mostrar cuerpos reales, muchas campañas inclusivas siguen siendo versiones edulcoradas de la misma aspiración.
-
El marketing que funciona ya no será solo el que vende, sino el que asume el compromiso ético de no dañar.
¿Podemos imaginar un futuro donde la autenticidad no sea una estrategia, sino el punto de partida? ¿Dónde el marketing no solo seduzca, sino también cuide? La respuesta como siempre no está solo en las marcas. También en lo que estamos dispuestos a consumir, validar y compartir.