Lectura en extinción: cómo las marcas aprovechan el cambio de hábitos para crear contenido que engancha
Agosto 11, 2025
En los últimos años, el debate sobre si la lectura está “en extinción” se ha intensificado. La narrativa pesimista pinta un panorama de abandono de libros y textos largos, reemplazados por scroll infinito, videos cortos y notificaciones constantes. Sin embargo, la realidad es más compleja: los hábitos de lectura están cambiando, no desapareciendo. Y las marcas lo saben.
En este análisis te mostramos datos recientes que explican este cambio, y cómo las marcas están adaptando sus estrategias de marketing de contenidos para conectar con públicos que leen… pero de forma diferente.
Datos que confirman la transformación de la lectura
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Según el módulo MOLEC de INEGI (2023), en México solo el 68,5 % de la población mayor de 18 años leyó algún texto en el último año, una caída de 12,3 puntos respecto a 2016.
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En Estados Unidos, el National Endowment for the Arts reporta que solo la mitad de los adultos lee literatura, con una disminución del 7 % en la última década.
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En Reino Unido, datos de The Reading Agency muestran que el 50 % de los adultos no lee con regularidad, y que uno de cada cuatro jóvenes de 16 a 24 años nunca se ha considerado lector.
Estos números confirman que la lectura tradicional pierde terreno. Las razones están ligadas a cambios profundos en el consumo de información.
Por qué disminuye la lectura tradicional
La caída no se debe solo a “falta de interés”, sino a cómo interactuamos con la información hoy:
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Fragmentación de la atención: el consumo rápido de redes sociales sustituye la lectura prolongada. Jóvenes y adultos prefieren formatos breves y visuales (The Dublin Shield, 2025).
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Cambio de soportes: en México, INEGI señala que redes sociales, blogs y plataformas digitales ocupan cada vez más el tiempo que antes se dedicaba a leer libros o periódicos.
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Disminución de la concentración profunda: un estudio de Priestley College indica que el uso del móvil y la multitarea digital reducen la capacidad de mantener la atención en textos largos.
No, la lectura no está muerta: está evolucionando
El panorama no es tan sombrío como parece:
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En España, el Barómetro de Hábitos de Lectura (2025) revela que el 75,3 % de los jóvenes de 14 a 24 años lee en su tiempo libre.
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El 65 % de la población española mayor de 14 años también lo hace, incluyendo formatos digitales como cómics, redes sociales y blogs.
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En Italia, movimientos como Vacía el escaparate han impulsado la compra masiva en librerías para revalorizar la lectura en papel (El País, 2024).
La clave está en entender que la lectura hoy incluye lo digital: ebooks, audiolibros, hilos en redes y hasta recomendaciones virales en plataformas como TikTok o Instagram.
Cómo las marcas están capitalizando esta transformación
Las empresas han identificado que, aunque la lectura cambia de formato, el interés por las historias sigue intacto. Así están aprovechando la oportunidad:
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Storytelling en formatos breves: campañas con narrativas condensadas en videos cortos, hilos o carruseles que transmiten la esencia de la marca.
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Comunidades digitales: aprovechando plataformas para que usuarios recomienden productos o libros, generando engagement orgánico.
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Audiocontenidos y experiencias inmersivas: desde audiolibros hasta webinars y charlas en vivo con autores o creadores.
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Marketing colaborativo: alianzas con influencers para presentar contenido en el formato que su audiencia consume más.
Ejemplo claro: editoriales que lanzan campañas de libros en TikTok han logrado que títulos antiguos vuelvan a ser best sellers, gracias a reseñas y videos virales.
Oportunidad para quienes sepan contar historias
La idea de “lectura en extinción” es más un cambio de forma que de fondo. Los datos muestran que la gente sigue leyendo, pero en espacios y formatos distintos. Para las marcas, esto significa que la clave no es rescatar viejos hábitos, sino adaptar las narrativas al nuevo ecosistema digital.
El contenido que mezcla texto, imagen, audio y participación activa del usuario no solo captura atención, sino que construye conexión y fidelidad. En este nuevo escenario, quien domine el arte de contar historias, dominará la conversación.



