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OpenAI enfrenta demanda por marca registrada tras acuerdo con Jony Ive: eliminan referencias al proyecto de hardware de IA

Junio 22, 2025

OpenAI enfrenta demanda por marca registrada tras acuerdo con Jony Ive: eliminan referencias al proyecto de hardware de IA

 

La alianza entre OpenAI y Jony Ive, bajo presión

 

El proyecto más ambicioso de OpenAI fuera del software ha encontrado su primer obstáculo legal. A pocos meses de anunciar la adquisición de io, la startup de hardware fundada por Jony Ive, OpenAI eliminó toda mención del acuerdo de su sitio web y redes sociales. La razón: una demanda por infracción de marca presentada por IYO Inc., una startup vinculada a Google X.

El caso no solo afecta la visibilidad del acuerdo con Ive, sino que pone en entredicho la hoja de ruta de OpenAI para lanzar un dispositivo de inteligencia artificial de consumo en 2026. También reabre un viejo debate en la industria tecnológica: cómo proteger las marcas en un ecosistema saturado de innovación acelerada y fusiones constantes.

 

Datos clave sobre el conflicto

 

  • La adquisición: en mayo de 2025, OpenAI compró io por 6.500 millones de dólares en acciones. La startup se especializa en diseño de dispositivos de IA sin pantallas tradicionales.

  • El equipo: más de 50 ingenieros de io se integraron a OpenAI. LoveFrom, el estudio de diseño de Ive, continúa colaborando de forma externa.

  • La demanda: IYO Inc., empresa creada por exingenieros de Google X, afirma que “io” infringe su marca registrada “iyO”.

  • La reacción: OpenAI ha retirado materiales del sitio web, pero niega que la disputa tenga fundamentos. No se han cancelado planes de desarrollo.

 

El origen del conflicto: ¿marca o coincidencia?

 

La demanda fue presentada por IYO Inc. el 9 de junio de 2025 ante una corte federal en California. La empresa alega que el nombre “io” —con tipografía y pronunciación similar a “iyO”— genera confusión en el mercado, especialmente porque ambas compañías trabajan en interfaces sin pantalla y tecnología de audio activada por voz.

La startup, surgida de Google X, afirma que mantuvo conversaciones iniciales con OpenAI antes del anuncio oficial del acuerdo con io, lo que alimenta la sospecha de apropiación deliberada de marca.

OpenAI, por su parte, sostiene que el reclamo es infundado y que la similitud es meramente circunstancial. Mientras tanto, eliminó todos los contenidos del proyecto de su sitio oficial, incluidos comunicados y materiales visuales.

 


 

Implicaciones para OpenAI y el ecosistema de hardware

 

1. Reputación y percepción pública

 

Aunque OpenAI insiste en que la colaboración con Jony Ive sigue en pie, la eliminación de contenido plantea dudas sobre la solidez legal del proyecto y su nivel de preparación para competir en el terreno del hardware, donde las marcas tienen un peso estratégico.

 

2. Potencial retraso del lanzamiento

 

Si bien OpenAI no ha comunicado cambios en la hoja de ruta, una disputa legal puede ralentizar procesos clave: definición de marca, campañas de marketing, registros internacionales y fabricación.

 

3. Lección para grandes tecnológicas

 

Este caso pone en evidencia un riesgo subestimado: incluso gigantes con los mejores asesores legales pueden enfrentar desafíos por nombres cortos y genéricos. La saturación del mercado de IA dificulta encontrar marcas originales que no infrinjan registros previos.

 

Lo que deben tener en cuenta las empresas del sector

 

  • Auditoría proactiva de marcas: registrar variantes gráficas y fonéticas de forma anticipada.

  • Plan de contingencia legal: incluir cláusulas de revisión de marca en acuerdos de M&A.

  • Reputación digital: preparar estrategias de comunicación ante litigios públicos.

  • Diseño como ventaja competitiva: el caso reafirma que el diseño de productos de IA se convertirá en un diferenciador clave, más allá del software.

La demanda presentada contra OpenAI por el uso de la marca “io” marca el primer tropiezo serio en su incursión al mundo físico. Aunque el desarrollo liderado por Jony Ive sigue activo, la eliminación de menciones oficiales refleja la sensibilidad jurídica de estos proyectos.

En un ecosistema donde tecnología, diseño y propiedad intelectual convergen, las marcas ya no son un detalle administrativo, sino un activo estratégico. La disputa entre OpenAI e IYO es una advertencia clara para cualquier empresa que busque destacar en la nueva era de la inteligencia artificial integrada al hardware: innovar no es suficiente, también hay que proteger.