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Trump es reelegido: el impacto en la tecnología y la industria digital

Enero 27, 2025

Trump es reelegido: el impacto en la tecnología y la industria digital

La reelección de Donald Trump ha desatado un sinfín de debates en el mundo político y económico, pero sus efectos también comienzan a hacerse sentir en el mundo de la tecnología. Este nuevo mandato promete un cambio significativo en las políticas tecnológicas y digitales de Estados Unidos, con implicaciones que van desde el comercio internacional hasta la regulación de las grandes tecnológicas.
 

La estrategia de “América Primero” y su impacto tecnológico

 
Trump ha dejado claro que su política de “América Primero” no solo abarca el comercio y la industria, sino también el sector tecnológico. En su discurso inaugural, destacó su intención de reforzar la competitividad estadounidense en el ámbito digital y de la inteligencia artificial. Sin embargo, esto también implica tensiones renovadas con potencias tecnológicas como China.

Las restricciones a empresas chinas, iniciadas en su mandato anterior, podrían endurecerse. Esto afectaría el acceso de compañías estadounidenses a tecnologías clave y podría acelerar el desacoplamiento tecnológico entre ambas potencias. Empresas como Huawei y ByteDance seguramente volverán al centro del debate, mientras que Silicon Valley podría verse obligado a diversificar sus mercados.
 

Regulación y ¡más regulación!

 
Otro de los focos del nuevo mandato podría ser la regulación de las grandes tecnológicas. Aunque Trump ha tenido una relación tensa con plataformas como Twitter (ahora X) y Meta, su enfoque no sería eliminar su poder, sino limitarlo de manera que no interfieran en el discurso público o en los procesos democráticos.

Además, su administración podría implementar leyes que obliguen a las plataformas a ser más transparentes en su moderación de contenido y en el uso de datos. Esto podría representar un equilibrio delicado entre proteger la privacidad de los usuarios y fomentar la libertad de expresión.
 

Fomento a la manufactura tecnológica local

 
Un pilar clave del programa de Trump es el fortalecimiento de la manufactura local. Esto podría traducirse en incentivos fiscales para empresas tecnológicas que produzcan sus componentes en territorio estadounidense. Si bien esto podría estimular la economía local, también podría generar costos adicionales para las compañías y, posiblemente, para los consumidores finales.

Empresas como Intel y Qualcomm podrían ser grandes beneficiadas, mientras que aquellas con cadenas de suministro globales enfrentarán nuevos desafíos.
 

El futuro de la inteligencia artificial y el 5G

 
En su discurso, Trump destacó la importancia de liderar en áreas como la inteligencia artificial y el despliegue de tecnologías como el 5G. Sin embargo, su enfoque podría priorizar la seguridad nacional por encima de la colaboración internacional, lo que podría ralentizar los avances globales.

A nivel local, podría haber un impulso a proyectos de investigación financiados por el gobierno, pero con restricciones en cuanto a cómo y dónde se utilizan los resultados.
 


 

¿Qué podemos esperar a nivel global?

 
La reelección de Trump también podría provocar una mayor fragmentación del ecosistema tecnológico global. Europa podría buscar alianzas con China y otras regiones, mientras que América Latina deberá decidir cómo navegar entre estas potencias en pugna.

Por otro lado, las startups podrían enfrentar barreras adicionales para escalar en mercados internacionales debido a las tensiones comerciales y regulatorias. Sin embargo, también podría ser una oportunidad para que países emergentes desarrollen soluciones tecnológicas propias.

La reelección de Donald Trump marca un punto de inflexión para la industria tecnológica. Con un enfoque en la seguridad nacional, la manufactura local y el liderazgo en innovación, su mandato promete cambios profundos que podrían redefinir el panorama global.

Sin embargo, también plantea interrogantes importantes: ¿Cómo afectarán estas políticas al ritmo de la innovación? ¿Qué tan sostenible será este enfoque a largo plazo? Y, sobre todo, ¿estamos preparados para enfrentar una nueva era de competencia tecnológica global?

El reloj ha comenzado a correr, y el impacto de estas decisiones pronto será más que evidente.